sábado, septiembre 16, 2006

Encuentro con Dios

Realmente tuve una visión, como esas que se suele ver en las películas.
Historia del tiempo no estimable
“Por fin llegas”, me dijo. Era un caballero bien fornido con un traje elegante, apariencia honesta y un hablar resonante.
“¿Sabes para que te llamé?”.
“No”, le contesté, “Pero quiero saberlo…”

Se sonrió y dijo:
“Tengo una oportunidad especial para ti. Una nueva vida para que la inicies y puedas cumplir todos tus sueños y aspiraciones personales ¿te interesa?”.
Yo la verdad estaba asombrado, pero ante el impacto tan veraz y la seguridad de sus palabras dije:
“La verdad no soy feliz, no tengo ganas de seguir viviendo”.
El me miró con tanta compasión, que jamás en mi vida imaginé ver unos ojos así, me tenía tan impresionado que casi derramo lágrimas con esa mirada. UNA MIRADA TAN PROFUNDA QUE TRANSFORMA EL ALMA.
Luego me dijo: "Te tengo un trabajo importante, si haces todo lo que yo digo, te irá bien, tu descendencia será como la de tu antepasado Abruham (conocido erroneamente como Abraham). Tuyas serán las planicies de la tierra y engrandeceré tu nombre en la manera que yo decida".
"Además te daré una descendencia y un linaje que grandes reyes codiciarán y se emparentarán contigo".
"Y todas estas cosas serán pocas, con las que he pensado para ti".
Yo sin dudarlo un instante acoté: "Bendito eres tú, pues se que eres el Creador y vienes de su misma presencia".
Con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada, dije: "Sea como tú has dicho, pues yo he decidido servirte y desde mi nacimiento he anhelado este momento".
Sus manos tomaron fuertemente las mías y me dijo: "Así te sea hecho".
Entonces le dije: "Pero yo tengo grandes pecados y mi vida no es lo que tú quieres. Soy pecador y aún sigo pecando."
No me respondió con palabras, sino sólo con su tierna mirada: "-".
Tan sencilla mirada, me dijo en un instante todo lo que debía saber.
En un instante fui transportado de vuelta a mi cuerpo, con la certeza de conocer a DIOS Altísimo y con una frase que retumba aún en mi mente: "Tendré mucha paciencia contigo, así como tu has esperado tanto este momento".

Después de este encuentro, mi vida no ha sido igual, deje de seguir una religión, filosofía o alianza eclesiástica, rompí todas mis ideologías y camino por fe, con aspiración de una conciencia pura y honesta.

Este es mi testimonio de lo que El me dijo: "Yo te escogí desde el Principio".

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